Presentación de los territorios socios

El territorio argentino beneficiario del proyecto se encuentra en el corazón de los Andes patagónicos, al suroeste de la Provincia del Neuquén, en el Departamento de Los Lagos. Más precisamente, se trata de dos localidades: Villa La Angostura (18.000 habitantes) y Villa Traful (800 habitantes). Estos dos pueblos tienen la particularidad de ser relativamente jóvenes, ya que fueron fundados hace menos de un siglo. Situados en el corazón del Parque Nacional Nahuel Huapi, estos municipios disfrutan de un patrimonio natural excepcional, rodeados de lagos de aguas cristalinas y sublimes picos nevados, pero donde el equilibrio entre la actividad turística y la preservación del patrimonio es difícil de encontrar, mientras tomamos en cuenta la lucha contra el cambio climático 

En Francia, son tres las colectividades de los Alpes que están involucradas en el proyecto. Todas ellas son conocidas por sus estaciones de montaña de verano/invierno (esquí, senderismo, bicicleta de montaña, escalada, vía ferrata, trail running, etc.) y sus paisajes únicos. Se trata de la Comunidad de Municipios de Oisans (11.000 habitantes), la Comunidad de Municipios de la Matheysine (20.000 habitantes), y el Municipio de Chamrousse (400 habitantes). Rodeadas de macizos montañosos excepcionales, y con la presencia de espacios naturales protegidos aún salvajes de los Alpes, como el Parque Nacional de Écrins que abarca una parte de los territorios de ambas Comunidades de Comunas, se desarrollan en torno a la actividad turística aprovechando las cualidades biogeográficas del territorio, e influenciadas en parte por la proximidad a grandes ciudades como Lyon y Grenoble.

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Villa La Angostura

Filo falso belvedere © Villa La Angostura

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Comunidad de Municipios de Oisans

Vista del Meije © Communauté de communes de l'Oisans

La región ha visto evolucionar su economía a lo largo de la historia. Habiendo permanecido fuera del regazo colonial español por mucho tiempo, durante siglos sólo estuvo poblada por poblaciones originarias de ascendencia Mapuche. Su “desarrollo” se inició a fines del siglo XIX luego de lo que se llamó la “Conquista del Desierto”, una campaña militar dirigida por el gobierno argentino para tomar control de las inmensas extensiones de tierra del sur del país con el fin de desarrollar la ganadería extensiva (principalmente ovina).

Es en esta continuidad que fue fundada la ciudad de San Carlos de Bariloche, a principios del siglo XX, a orillas del lago de origen glaciar, Nahuel Huapi. La creación del primer Parque Nacional argentino (Parque Nacional del Sud que se convertirá más tarde en Nahuel Huapi) en 1922 y la llegada del ferrocarril en 1934 transformaron la economía local, donde la actividad agroexportadora en crisis es abandonada a favor del turismo. La ciudad de Bariloche, que entonces recibió varias oleadas de migración europea, se desarrollará inspirándose en el modelo de las estaciones alpinas suizas. En 1936, la estación de esquí del Cerro Catedral es inaugurada. Esta última es hoy una de las zonas para esquiar más grandes del hemisferio sur (120 km de pistas) y ha convertido a Bariloche en uno de los principales destinos turísticos del país, transformando de esta manera su economía.

Los Alpes franceses son pioneros en lo que concerne al turismo de montaña. Desde la primera ascensión al Mont Blanc, la cumbre más alta de Europa, en 1786, el turismo ha comenzado a emerger durante el siglo XIX, en particular las excursiones, el turismo termal y de salud, que ha sido realizado por la aristocracia europea.

Es entre los años 1950 y 1980, luego de la Segunda Guerra Mundial, que el turismo de montaña se masifica, periodo en el cual la actividad del esquí comienza a ganar popularidad. Paralelamente, el acceso a la montaña se democratiza, integrando dimensiones más sociales, permitiendo a las clases populares practicar los deportes de invierno, antes reservados a una élite.

En 1963, el Parque Nacional de la Vanoise (primer parque nacional francés) nace de la convergencia de tres motivaciones: la protección del patrimonio natural, la preservación de los ecosistemas de alta montaña, y la salvaguardia de la identidad campesina y montañesa. Luego, en 1967, la creación de los Parques Naturales Regionales (PNR) da lugar a otro tipo de espacio protegido en Francia, que busca hacer coexistir las actividades humanas y el desarrollo económico con la protección de la biodiversidad. Actualmente se cuenta con 7 PNR en la totalidad de los Alpes franceses

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Villa Traful

© Min. Turismo

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Comunidad de Municipios de la Matheysine

Meseta Matheysin @ F. Pattou - Matheysine tourisme

El crecimiento exponencial de Bariloche produjo paulatinamente la difusión de la actividad turística en el territorio y la fundación de otras localidades como Villa Traful y Villa La Angostura. Estas localidades reciben entonces un turismo vacacional familiar procedente de las grandes ciudades del país, que genera repercusiones económicas limitadas y conduce rápidamente a una inflación inmobiliaria. Por consiguiente, aparece un fenómeno de éxodo rural, con jóvenes que parten a estudiar a las ciudades más cercanas como Bariloche o incluso Buenos Aires, y que a menudo no regresan por falta de oportunidades económicas en su territorio de origen.

Por lo tanto, los municipios de Villa la Angostura y Villa Traful desean hoy llegar a otro tipo de clientela y diversificar su oferta, especialmente con el desarrollo del turismo de senderismo. Preocupadas por no reproducir los mismos errores que su vecino Bariloche, que hoy sufre los efectos de la sobre frecuentación turística, las dos localidades desean anticipar y planificar estos proyectos con una visión holística, con el fin de no afectar el medio ambiente e integrar mejor a las poblaciones locales. Para lograrlo, necesitarán unir fuerzas y desarrollar productos comunes, como así también una gobernanza compartida. Es bajo esta óptica que fue pensada esta cooperación descentralizada, integrando un intercambio de experiencias con un territorio donde históricamente el turismo está profundamente arraigado, los Alpes; pero donde hoy en día los desafíos son los mismos: encontrar un equilibrio entre la actividad económica (en particular del turismo) y la preservación del patrimonio, y como telón de fondo la adaptación frente al cambio climático.

En Grenoble, en 1968, se llevan a cabo los Juegos Olímpicos de Invierno, siendo así la segunda ciudad francesa en recibir la competencia, luego de Chamonix en 1924. Una gran parte del territorio del Departamento de Isère fue movilizado, necesitando inversiones importantes para modernizar las instalaciones, como fue el caso en el área de esquí alpino de Chamrousse. Estas importantes inversiones la visibilidad aportada por los JJOO permitieron al esquí alpino convertirse en la actividad imperdible del territorio, explotando todo el potencial del “oro blanco” con un crecimiento exponencial para zonas antes pobres y marginalizadas.

Importantes avances para el turismo de montaña estival son elaborados durante este periodo, con por ejemplo la creación en 1970 de la Gran Travesía de los Alpes (GTA), un itinerario de senderismo excepcional de 600 km que une el Lago Léman al Mar Mediterráneo, atravesando un conjunto de espacios naturales protegidos y municipios en varias etapas. Más tarde, en 1999 en la continuidad de la GTA, la Vía Alpina es iniciada: una red de senderos a través de los 8 países del arco alpino de más de 5000 km, un proyecto europeo innovador en torno al cual se reúnen actores privados y públicos con el fin de valorizar en un proceso colectivo su patrimonio y de intercambiar sus experiencias más allá de las fronteras.

La década de los años 2000 da inicio a un nuevo giro en la historia del turismo alpino, con una amenaza ecológica cada vez más presente. El fin del oro blanco obliga a los actores a repensar su modelo de todo esquí, a través de una estrategia de diversificación de la oferta, apoyándose sobre los principios del Desarrollo Sostenible.

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Villa La Angostura

Cerro Bayo © Villa La Angostura

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Municipio de Chamrousse

Lago Achard © Chamrousse

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